Y era bella, bella la luna a medias que le observaba burlona desde el encapotado cielo. Bella como ninguna otra que halla visto en su vida, y es que en eso se le iba la misma vida, en observarla rogandole que lleve su pensamiento lejos, cerca de las estrellas, cerca del azul infinito que significaba ese cielo mistico, y lejos de esos besos que la asqueaban, de esos brazos que le daban nauseas y de esas manos que la exploraban sin pudor ni detenimiento.
Fornidos brazos que la sujetaban con fuerza, interminables pectorales con olor a ollìn, moho y corteza de roble, indiscretas manos que navegaban en su cuerpo tal cual Aqueronte en el Estigia, las mismas cuales se posaban en su breve cintura cada cierto tiempo, presionandola, como cavilando y certificando su brevedad.
Fue en esa noche, de luna a medias, que tia Eloisa perdio la razon, fue la utlima noche que todos la recerdarian tan lucida, y llena de Brìo, como si de una rosa apenas abierta se tratase, y seria la primera de otra tantas llenas de angustia y pavor por la luna, aquella que insidiosa, observo altanera, su desdicha desde es su trono, el mas grande que se halla visto.
Encuentras a quienes solian oirla murmurar, halagos que asustan, verdades que hieren y maleficios que hipnotizan, mientras que sola a la orilla del rio que la vio nacer, lavaba sus pies, impecablemente limpios, de una suciedad inexistente, aquella suciedad que no se quita del cuerpo con jabon, aquella que deja la sangre en la piel.
Gitana y bruja se volvio tia Eloisa, que 30 años despues de aquella noche, seguia sola y manchada de alguna suciedad que su alma no podia confesar...
lunes, 19 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Nada en el deseo es sucio, la suciedad esta en la mente
a veces creo q te equivaste de carrera enjoli... o facil q los informes que hagas en la chamba van a tener mensaje escondido.
Un abrazo.
Publicar un comentario